En nuestra adaptación de La Celestina, nada es lo que parece. Fueron sus personajes los que hicieron de esta novela del siglo XV una obra maestra. Una obra que, aún hoy, sorprende con su contemporaneidad en el tratamiento de los mismos y de sus problemas, pero sobre todo por la crudeza de su análisis del mundo y de la condición humana. Y en torno a esta idea se construye la obra que presentamos. Si los personajes descritos en el siglo XV resultan tan vivos y actuales hoy, ¿cómo se comportarían en el siglo XXI?
Las clases de Lengua y Literatura española nos permitieron ahondar en La Celestina, usando la adaptación creada como vehículo. De esta manera pudimos acercarnos por vez primera al estudio de la literatura medieval, remanente aún en muchos aspectos de la novela, y sobretodo moderna, propia de sus rasgos más rompedores. La experiencia demuestra que, una vez vencido el inicial miedo a los arcaísmos del lenguaje, los alumnos se encuentran con una obra cautivadora y apasionadamente viva.
El estudio literario, y el enfoque dado hacia la imaginación y la creatividad con la adaptación, conducían finalmente al desarrollo en las clases de un Taller Literario. En las horas reservadas a esta actividad se consiguió con éxito involucrar a todo el grupo en un gran ejercicio de escritura, exposición y debate, en torno a los alter ego del siglo XXI de los protagonistas de La Celestina. |
Así surge la actividad de crear las Fichas de Personaje. Este elemento es considerado por la mayor parte de los escritores, guionistas, desarrolladores de videojuegos… como un paso fundamental previo a la creación de una historia. Nos ayuda a enfrentarnos a la hoja en blanco, nos da respuestas en el progreso del relato y sobretodo, nos ayuda a hacer real lo que contamos. Si tanta modernidad aportó La Celestina con sus personajes, si a tal fin se encamina nuestra adaptación, ¿qué mejor manera de trabajar a partir de esta obra?
Los alumnos recibieron como punto de partida un documento que les debía servir como referencia y plantilla para crear el personaje dado. La lectura y comprensión del mismo debía dar paso a su trabajo personal en torno al caracter presentado por el profesor, a través de unas descripciones generales y un relato de su progresión en la obra.
La redacción individual, en la que se animaba a ser lo más rica y detallada posible, permitía al alumno exprimir al máximo su imaginación. Reunidos después en clase, cada uno debía presentar sus ideas en los diferentes apartados. Las exposiciones, las preguntas del profesor, y el animado debate, iban conduciendo a la puesta en común de una ficha definitiva, fruto de las aportaciones de todos. |
Consensuada la ficha, quedaba aún la misión de votar por un responsable de cada personaje, seleccionar entre todos a aquella persona que mejor comprendía le comprendía tras los debates y argumentaciones. Así, el alumno elegido, se convertía en la mejor ayuda para el actor o la actriz que debía interpretarlo. Juntos, progresarían en el conocimiento y en el desarrollo de un roles que destinados hacerse reales en el escenario.